miércoles, 30 de marzo de 2011

Una estrategia deportiva

Decíamos que cuando no hay fútbol liguero, copero o europeo, los clubes deberían avanzar en temas estratégicos. En la línea institucional, como socio, echo de menos numerosas propuestas. En la línea deportiva, echo de menos una estrategia diferente a la de la primera etapa de don Florentino Pérez.

Seamos serios. Lo que está haciendo don Florentino es lo único que se podía hacer: volver a construir un equipo. Recuerdo perfectamente un titular de periódico deportivo tras la eliminación del Real Madrid por el Liverpool (4-0 en Anfield en 2008-2009). El titular rezaba: “nos faltan jugadores que marquen la diferencia”. Faltaba talento. Lo decían “pesos pesados del vestuario”. Es decir, Casillas y quizás alguno más como Ramos. Pero Casillas seguro. Debe de ser frustrante ser el mejor portero del mundo y ver cómo no sirve de nada un gran portero si no está rodeado de grandes jugadores.

Cuando llegó don Florentino se dio respuesta a sus rezos. Casillas ya está rodeado de talento. Por eso una de sus últimas declaraciones ha sido: “La temporada está siendo de 9” o “tenemos números de campeón”:


Don Florentino ha vuelto a construir el equipo. Es verdad que fichando en algunos casos caro, pero entre sus caprichos se han colado unos cuantos jugadores talentosos, de clase media, que han fortalecido al equipo. Si quiere competir con los equipos que actualmente marcan la diferencia no le quedaba más remedio que hacer lo que está haciendo. La plantilla, analizada individualmente, es mucho más potente que la de la temporada 2008-2009 (la última de Calderón y la de la eliminación contra el Liverpool).

Don Florentino conoce al madridismo, por eso responde al corto plazo. El madridismo está sediento de títulos, voraz. Para lograr títulos hay que apostar por ese cortoplacismo que reestructure al equipo, lo dote de competitividad. Mucho talonario. Es inevitable. Criticar esto es ser ciego.

Pero esta es una solución a corto plazo. Al madridismo no sólo hay que alimentarle hoy, hay que alimentar su espíritu para el día de mañana. La comida de hoy son los títulos. El espíritu son los títulos de mañana. Ese espíritu es construir desde las raíces una cantera competitiva, que vuelva a escupir jugadores con mucha clase. Por supuesto dependerá del talento individual, y habrá añadas buenas y otras menos buenas. Pero si se hace con cabeza, con cariño, dedicación, esfuerzo, y teniendo el asunto como un tema prioritario (estratégico), en 3-4 años los resultados pueden ser excelentes. Pero por lo comentado en las Asambleas, don Florentino no parece orientar la estrategia deportiva en esta línea. Lo fía todo a fichajes y más fichajes. Las claves de una eficaz estrategia deportiva:

1)       Coherencia estratégica primer equipo-cantera.
2)       Entrenador del primer equipo, alineado con la dirección deportiva en la planificación de la temporada y en la cobertura de posiciones
3)       Captación de talento (los chicos)
4)       Sistema de desarrollo (a nivel técnico, de equipo y educativo del talento)
5)       Creación de un sistema de juego coherente en todas las líneas de la cantera
6)       Captación y cuidado de entrenadores y formadores de primer nivel
7)       Coherencia en los mecanismos formativos (entrenadores alineados)
8)       Comunicación consistente

Para esta Junta Directiva esto es secundario. De hecho, el propio Presidente afirmó que el modelo de cantera era Granero y Arbeloa. Se venden baratos, se forman fuera, y luego, si son buenos, se recompran. La cantera se convierte en un centro de costes y no en el I+D del club. Cuando un empresario tiene un centro de costes lo que busca es reducir el coste maximizando su utilidad. En el caso de la cantera, vender todo lo que se genera, cubrir los costes y ganar algo de dinero, que luego se vuelve a perder al recomprar a los pocos activos que se recuperen (los Arbeloa y Granero de turno, los futuros Parejo, Negredo, etc.). En definitiva: objetivo punto muerto.

Carecemos de una estrategia a largo plazo que asegure el futuro mientras se busca el corto plazo. Cuando el corto se haya agotado (1 ó 2 años), ¿qué reemplazará a estos jugadores si no hay títulos? ¿Más fichajes? Como dicen en Twitter, “parecemos un equipo perdedor, siempre fichando grandes estrellas”.

Ser capaz de cuidar el corto plazo (reconstruir el equipo y volverlo a hacer competitivo) y el largo plazo (cultura y cantera) es la labor de los grandes presidentes. Sospecho que hemos pasado de don Ramón Calderón, pésimo presidente, a don Florentino, presidente vulgar.

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