miércoles, 2 de marzo de 2011

Cuando no se está a la altura

Iba a dedicarle el post de hoy al Castilla. Tendrá que esperar. Hay asuntos que requieren ser contemplados desde el prisma de la filosofía de don Santiago Bernabéu y el Real Madrid.

Hoy ha habido una agitada rueda de prensa en Valdebebas, protagonizada por el entrenador José Mourinho.

La pueden ver aquí:

La pueden leer aquí:


Entiendo a los periodistas cuando dicen que Mourinho es un chollo (Siro López en Twitter; @sirolopez). También comprendo que la comunicación es un arte que raras veces se domina a la perfección, y los hombres del deporte, perpetuamente sometidos a la presión de los medios, se pueden equivocar en sus manifestaciones y de esas manifestaciones los periodistas avezados logran titulares y sobre los titulares discusión, opinión y debate.

Los errores en comunicación, si son escasos, los perdono a título personal con un mea culpa, con un reconocimiento de error y una petición de perdón. Si son continuos, no tienen perdón. A veces, si uno tiene suerte, esos desafortunados titulares no pasan a mayores. A veces, tristemente, persiguen al personaje el resto de su vida (verbigracia el chorreo de don Vicente Boluda). Cunado ocurre el último caso, los errores se pueden perdonar a título personal, pero no a título empresarial o corporativa.

Y para evitar ponerse amarillo continuamente, recomiendo que cuando se habla en público uno se acuerde de a quién representa, de por qué está ahí. Esto ayudará a medir el mensaje que se lanza.

Así, cuando se tiene presente que uno representa al Real Madrid, debe ser especialmente cuidadoso con qué dice y cómo lo dice. Decía Agustín Castellote (en Twitter @AgCastellote) que prefiere a alguien honesto que a los que sueltan medias verdades. Yo también. Pero tampoco me gustan aquellos que siendo honestos dicen, hacen y se comportan de forma contraria a la entidad que representan. En una empresa profesional sencillamente esa persona no encaja en el puesto. Y debe ser reemplazada.

Se cometen dos errores cuando contratas a alguien que no se ajusta a la filosofía del club: el primero lo comete el Presidente (o responsable) al ficharlo. El segundo error lo comete el profesional que, siempre y cuando haya sido avisado de lo que implica el puesto, no modifica sus comportamientos. Les aseguro que Jose Mourinho ha sido convenientemente adoctrinado, informado y persuadido de lo que implica ser entrenador del Real Madrid.

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