Don Florentino ya se ha
presentado oficialmente (ha esperado al penúltimo día). Si de verdad hay algún
candidato (no lo hay), debería presentarse mañana, porque mañana es el momento
de presentarse para agotar estratégicamente los tiempos, y sobre todo porque mañana
(1 de junio a las 24:00) es el último día para presentar candidaturas.
Pero nadie se va a
presentar.
Y no es porque nadie
pueda, sino porque tienen miedo. Miedo es la palabra que mejor describe el régimen
feudal de servidumbre y vasallaje que don Florentino Pérez ha establecido en el
Real Madrid.
Hace unos días nuestro
Presidente pasó por el Larguero, y dijo una gran verdad: “en las últimas
elecciones se presentaron seis”. Los recuerdo perfectamente: Carlos Sainz, Juan
Miguel Villar Mir (estos dos luego fusionados), Ramón Calderón, Arturo Baldasano,
Lorenzo Sanz y Juan Palacios.
Lo que le faltó decir es
toda la verdad:
-
El año 2006 no era un año de crisis, y conseguir
avales de los bancos era mucho más sencillo.
-
Los ingresos del Real Madrid eran de 281 millones, por lo
que el aval era de 42,5 millones (exigido por la Ley del Deporte de
1990, el 15% del presupuesto). Mucho, pero comparado con 75 millones…
-
Pero sobre todo, lo que obvia decir es que en los
próximos 30 años sólo habrá 7 claros candidatables (y sus hijos) en el Real
Madrid:
o
Florentino Pérez y familia
o
Villar Mir y familia
o
Fernando Fernández Tapias y familia
o
José Manuel Entrecanales y familia
o
Vicente Boluda y familia
o
Juan Palacios y familia
o
Carlos Sainz y familia
o
Y quizás alguno más pero contados con los dedos de una
mano
En otras palabras, un club con 80.000 socios y
sólo 7-10 posibles candidatos para siempre.
Surge una gran pregunta:
¿Por qué? (gracias, José Mourinho, por esta gran pregunta). ¿Por qué en
esta ocasión no se presentan ninguno? ¿Por qué sólo Florentino?
Por el Miedo.
Estas personalidades temen
a don Florentino en el plano económico. Saben de lo que es capaz en el terreno empresarial
y las consecuencias que una guerra abierta puede tener para sus negocios. Al
fin y al cabo, esto sólo es fútbol y puede esperar.
También temen las consecuencias
de la derrota, y temen la reacción de la prensa. Los perdedores no escriben la
historia. Y saben que van a perder. Y van a perder porque don Florentino
tiene a los principales peones del tablero controlados: peñas y
agrupaciones de socios. Muchos de estos grupos le deben muchos favores a su Junta
Directiva, muy en línea con el formato de voto comprado que hay en Andalucía
con el PER. Esto lo sabemos todos los que nos movemos por Valdebebas, por las
Primaveras Blancas y por las peñas. Por eso me indigna que en la Cope dijese
que “si muchos se presentasen no me tendría que presentar yo”.
En realidad la estrategia
de los candidatos es la de “wait it out” o esperar. Ninguno espera tener
que enfrentarse nunca a don Florentino Pérez. Esperan pacientemente que su
época se agote (por edad o bien por una retirada anticipada como la de 2006).
Una vez retirado don Florentino, se darán a conocer. No quieren ya entrar en
una confrontación que ven perdida y agotar sus cartas ante futuros rivales (y
su dinero, claro).
Es una pena. Porque aquel
que ahora ose enfrentarse a don Florentino será el perdedor de estas elecciones
y el ganador de las siguientes. El que ahora se presente, en lugar de
agotar sus cartas, estará ubicándose como la alternativa clara cuando don
Florentino abandone definitivamente la presidencia, algo que con bastantes
probabilidades ocurrirá durante el próximo mandato (salvo, ojalá, le acompañen
grandes éxitos deportivos). Ese “perdedor” será el ganador del futuro. Todos,
erróneamente, no ven motivo en dedicar ahora recursos a una derrota casi segura
cuando piensan que en las siguientes elecciones serán la única candidatura. Y
todos piensan igual, y cuando don Florentino nos abandone, habrá 4
candidaturas:
-
La candidatura del delfín de don Florentino. Un rival muy
poderoso porque heredará las servidumbres adquiridas.
-
La candidatura de los ex jugadores.
-
La de una o dos réplicas de don Florentino (Villar Mir
hijo y alguno más)
En definitiva, los que
ahora ocultan sus cartas están perdiendo la mano que les hará ganarlas dentro
de 1, 2, 3 ó 4 años.
La Causa continúa.