martes, 2 de octubre de 2012

“Ave Florentinus, Princeps senatus”

Octavio Augusto, tras la batalla de Actium, fue proclamado tribuno vitalicio, cónsul y príncipe. Para romper con el pasado, fue lo suficientemente inteligente como para rechazar el cargo de “dictator” que había ostentado Julio César (y antes que él Sila), y configuró a cambio un Principado. Aparentemente Roma seguía pareciendo una democracia, en realidad era una dictadura encubierta. Era el mismo perro, pero con distinto collar.

2000 años después el Real Madrid vive una situación similar. Ha pasado la Asamblea y la Junta Directiva ha logrado aprobación a todos los cambios que proponía, demostrando que la masa social está con don Florentino. Sólo 100 socios se mostraron contrarios a los cambios, de un total de 1.200 presentes. En este mismo blog ya se realizó un análisis pormenorizado de los graves defectos formales y de contenido que presentaban:


La consecuencia a partir de ahora es que, bajo esta Junta Directiva, cuya continuidad parece asegurada, ya no habrá más modificaciones a los estatutos. Simple y llanamente. Muchos se consolarán pensando que al menos suponen una mejora con respecto a la situación anterior (como mi admirado @miguelvesta). Yo honestamente tengo serias dudas, sobre todo en la parte del voto por correo, ahora gestionado por conducto notarial. ¿Cómo votarán los físicamente impedidos? ¿Cómo votarán los que vivan fuera de España? ¿Qué ocurrirá cuando una Junta Directiva diferente a la actual modifique el desarrollo, todavía inexistente, del conducto notarial, haciendo que se cobre a los socios o limitando el número de notarios disponibles? Me permito la licencia de preguntarles a los socios compromisarios que votaron a favor que se imaginen una Junta Directiva posterior, presidida por alguien similar a Ramón Calderón, con una carta en blanco tan beneficiosa como el "conducto notarial".

Don Florentino Pérez argumentó que proponían las enmiendas que consideraban más “urgentes”. No son urgentes, por tanto, ni la limitación del mandato de la Presidencia, ni la revisión del sistema de elección de socios representantes (vergonzoso de todo punto), ni evidentemente la modificación del pre-aval. Llegó a afirmar en la reunión informativa a socios representantes que hacer al Real más democrático “no era tan importante”.
 
Insistimos en el mensaje que desde esta web siempre hemos transmitido: no se trata de hacer un debate de nombres (qué presidente o qué candidato es mejor), sino un debate de ideas. Con estos cambios el debate de ideas muere, no hay contraste ni intercambio, y la democracia de resiente. Vivimos en un Principado. Pónganse cómodos.

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