jueves, 10 de febrero de 2011

El burro ahorcado

Me narraban unos familiares rurales el frecuente caso del burro ahorcado. La tragedia ocurría cuando se ataba un burro a un árbol, y el pollino comenzaba a dar vueltas, reduciendo en cada vuelta el largo de la cuerda, que se iba enroscando en el árbol. Cada vez con menos espacio para maniobrar, seguía el rucio obcecado en dar vueltas, pensando que se destensaría cuando hacía lo contrario de lo que realmente deseaba. El burro acababa estrangulándose en su propia cuerda, victima de su buena fe y de su virtuosa constancia.

José Manuel Cuellar es periodista fiable del ABC. Está muy bien informado y escribe columnas que suelen dar en el clavo. El sábado 5 de febrero de 2011 nos ofrecía una doble página titulada: “Florentino tiene un plan”. Y vaya si lo tiene. Según Cuellar, el Real no se detiene, no puede detenerse, y la presidencia tiene ya pensado el próximo año fichar a una o dos estrellas:

-          Kun Agüero – 28 millones netos más el IVA más la recompra de Negredo y su venta al Atlético por 17 millones de euros. Total: 45 millones de euros
-          Wayne Rooney – una vieja aspiración del presidente.
-          En caso de que los dos primeros fallen, Llorente (“si se pone a tiro, si falla el kun…”).
-          Cesc Fábregas y si no es posible Javi Martínez, del Athletic de Bilbao

Creo que ahora la historia del burro se hace más evidente. El Real Madrid, bajo el mandato de don Florentino Pérez, tiene la mejor de las intenciones, y se equivoca en el empeño. Igual que el burro, sólo sabe ir en una dirección y se está estrangulando. Los resultados no le están dando la razón (ya son 4 años de presidencia de don Florentino – 3 hasta 2007 y la temporada 2009-2010 – sin títulos), y en lugar de replantearse sus acciones, insiste obcecadamente en ellas. Hasta ahorcarse, como el podenco.

Decía Einstein que no tenía sentido esperar resultados diferentes con acciones similares. Y es que como dice un alto directivo del Real Madrid: “la gente no cambia”. Salvo milagro y equivocación por mi parte (ójala estemos equivocados), don Florentino acabará su mandato como el burro, tirando hasta el final en la misma dirección hasta morir estrangulado. Me recuerda al capitán del barco que permanece hasta el último momento en el mismo, intentando sacarlo a flote cuando se hunde irremediablemente.

Lo único que se podrá decir a su favor es que fue coherente con sus erróneas ideas. Pero no le servirá de consuelo al madridismo, que con razón tendrá la seguridad de que se habrán perdido varios años de crítica y estratégica renovación (de momento, vamos por un año perdido y camino de dos).

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