Si Cristiano quiere ganar el Balón de Oro de
nuevo, tiene una forma más inteligente y físicamente más económica: triunfar
como equipo
Queridos lectores, os pido perdón porque
siempre me había parecido que los trofeos individuales eran cosa poco relevante
para el Real, y lo que nos debía mover eran los trofeos del equipo. La idea es
correcta, pero el fondo es erróneo. El triunfo de Ronaldo en el Balón de Oro
tiene un doble efecto que yo no había comprendido y que me gustaría compartir:
1) El Efecto Halo. El triunfo de nuestro
jugador franquicia aumenta el interés por nuestro Club. Si hubiese ganado
Ribery, la gente preguntaría más por el Bayern. Pero lo ha ganado Cristiano, y
la gente pregunta por el Real. Hay que capitalizarlo económicamente desde el Club.
Si tan siquiera es por eso, creo que deberíamos alegrarnos por las beneficiosas
consecuencias económicas que este triunfo individual nos puede reportar como
institución.
2) Mayor concentración de Cristiano.
Esperemos que, por fin, con este trofeo, Cristiano se centre en jugar bien y
mantener la talla. Pero además, lo fundamental es que alguien en su entorno y
en el Club le explique que, para que vuelva a ganar de este modo, se tienen que
dar dos circunstancias muy difíciles: la primera es que sus rivales no ganen
nada importante con sus equipos (porque os aseguro que si el Bayern levanta
otra Copa de Europa y Ribery juega bien la siguiente vez se la llevará...). Y
en segundo lugar, sólo si se produce ese caso, necesita hacer una temporada
absoluta y totalmente estratosférica. Y cada año es más y más difícil. Sería
conveniente que alguien le explicase que, si quiere ganar más trofeos, hay una
forma más inteligente de hacerlo y con un menor coste físico y de tensión:
triunfar como equipo.
La Causa continúa.
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