“Don Florentino, a nivel institucional, lo controla todo.
A nivel deportivo, lo ha intentado todo”
Hace una semana tuvo
lugar la Asamblea de representantes del Real Madrid. No hubo ninguna novedad.
La Asamblea está compuesta por grupos muy afines a la actual Junta
Directiva, y a pesar de la ausencia de éxitos deportivos, la propuesta
económica presupuestaria fue aceptada por abrumadora mayoría. Sencillamente,
no hay debate.
Al menos nos queda el
consuelo de que don Florentino Pérez no ha podido aprovechar la ocasión de
modificar más estatutos o realizar cambios sustanciales (sólo hace eso cuando
hay grandes títulos ganados, recientes en la memoria).
La única oposición
creíble es la del Santiago Bernabéu. O para ser más exactos, la del balón,
que es la única dictadura que abruma a don Florentino.
Don Florentino, a nivel
institucional, lo controla todo. A nivel deportivo, lo ha intentado todo: hemos
pasado de un entrenador blando a otro duro, de uno duro a otro blando. De un
entrenador duro con la prensa, a uno afable con la prensa. De fichajes promesa
tipo Ozil a fichajes galácticos tipo Bale. Son reacciones pendulares, no
equilibradas. A la falta de equilibrio los griegos clásicos lo llamaban
ausencia de virtud. A nuestro presidente le falta visión y le sobra pasión.
Me pregunto cuánto tardará
la dictadura del balón en derribar la dictadura institucional que ha levantado
este presidente. Otro ya estaría decapitado. Pero de momento, ahí sigue, con un
discurso anticuado que ya no se cree ni él mismo. Quizás muchos madridistas se
aferran a él porque no hay alternativas. Las habrá cuando el balón destruya a
Florentino, pero entretanto seguirán larvadas porque saben que en un combate
frente a frente el actual presidente lo tiene todo ganado.
La Causa continúa.
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