“You have bled for Wallace. Now bleed for me!” (película
Braveheart)
Y ahora le toca al
entrenador. Ya son tantos los que han caído: Pellegrini, Raúl, Mou, Pipita… Ahora
le toca a Carlo Ancelloti. Lo importante es destruir. Lo importante es no
confiar. Lo importante es perder la calma. Queremos resultados extraordinarios,
juego preciosista, y cuando no ocurre creemos que se consigue con un despido
rápido. En fin. Este es uno de los grandes problemas del Real. La serenidad.
Tenemos que comprender
que los equipos se hacen poco a poco, y que los entrenadores necesitan
confianza, protección de la directiva. De lo contrario, jamás podrán echar
raíces. Claro que, para que lo que acabo de decir tenga consistencia, es
preciso que la estrategia deportiva sea la adecuada: qué tipo de juego
se busca, qué jugadores se precisan, qué componentes de la cultura del Real (la
cantera) son necesarios, qué entrenador conoce el club, su cultura y estilo y
es capaz de llevarlo a cabo, cuán firme es la directiva a la hora de respaldar
al entrenador y no proteger su culo cuando las cosas vienen mal dadas.
La Causa continúa.
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