sábado, 5 de octubre de 2013

Matar al entrenador

“You have bled for Wallace. Now bleed for me!” (película Braveheart)
Y ahora le toca al entrenador. Ya son tantos los que han caído: Pellegrini, Raúl, Mou, Pipita… Ahora le toca a Carlo Ancelloti. Lo importante es destruir. Lo importante es no confiar. Lo importante es perder la calma. Queremos resultados extraordinarios, juego preciosista, y cuando no ocurre creemos que se consigue con un despido rápido. En fin. Este es uno de los grandes problemas del Real. La serenidad.

Tenemos que comprender que los equipos se hacen poco a poco, y que los entrenadores necesitan confianza, protección de la directiva. De lo contrario, jamás podrán echar raíces. Claro que, para que lo que acabo de decir tenga consistencia, es preciso que la estrategia deportiva sea la adecuada: qué tipo de juego se busca, qué jugadores se precisan, qué componentes de la cultura del Real (la cantera) son necesarios, qué entrenador conoce el club, su cultura y estilo y es capaz de llevarlo a cabo, cuán firme es la directiva a la hora de respaldar al entrenador y no proteger su culo cuando las cosas vienen mal dadas.

 A Florentino seguramente no le está gustando este entrenador. Y en otras épocas ya lo habría despedido. Pero ahora no le queda más remedio que mantenerlo porque despedirlo ahora sería un franco reconocimiento de su error. Y a Florentino, ante el Bernabéu y el gran público, le queda poco fuelle. En mi opinión, hace bien en mantenerlo. Muchos de los que estuvimos a favor de Mourinho lo estuvimos porque necesitábamos estabilidad en el entrenador. Los que hemos sangrado por Mourinho, ahora os pedimos que sangréis por Carlo.

La Causa continúa.

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