sábado, 30 de agosto de 2014

¿Y aquí, quién co*/&o ficha?

Con el debate de la portería, de las idas y las venidas hemos perdido el foco en lo importante. ¿Aquí quién co*/&o ficha? Ha pasado de puntillas lo fundamental y al mismo tiempo lo más importante. Ya tenemos de nuevo al presidente fichando. Y eso sólo significa una cosa: mega-estrellas, mega-caras, muchas camisetas, ¿y mucho juego? Hay claro-oscuros al respecto. Bale por un lado, Kaká por otro. Y aunque James nos ofrezca grandes éxitos, ojalá, lo verdaderamente crucial es que los fichajes deben hacerse con sentido deportivo, no basado en el capricho, en la caja sobrante, en el presupuesto de marketing o en las cuentas anuales. Si, además de tener sentido, son mega-estrellas y venden muchas camisetas, pues tanto mejor.

Una de las peores consecuencias de la Décima es otorgar un poder omnímodo al que ya casi mantiene todo el poder. Es la réplica de lo que ocurrió en el año 2001 con la llegada de don Florentino: equipos descompensados, equipos sin hambre.

¿Vamos a tener que dejar pasar otros 12 años para darnos cuenta de esto? ¿Por qué animamos la llegada de James si no parece tener un encaje lógico en el equipo? ¿Por qué se ficha a Keylor si Diego López ha funcionado? ¿Por qué perdemos a Xabi Alonso de pronto y sin aviso? Si entendemos por qué se ficha, entenderemos qué lo motiva. Y no es lo deportivo.

Uno de los legados de Mourinho fue el hambre, que representó en forma de un equipo competitivo. Su otro legado fue el de un entrenador con poderes totales, o un director deportivo con poderes totales. Por favor, no perdamos ese legado. Seguimos necesitando alguien que diseñe un equipo, planifique su futuro, refuerce las líneas débiles, retire a las estrellas ofuscadas, haga brillar a las nuevas, sobre todo si vienen de la cantera, etc. Para eso se precisa una persona o grupo de personas con mucho conocimiento deportivo, conocimiento del funcionamiento de grupos (y grupos de éxito), y mucha ética. Y no, nuestro presidente no tiene todo eso a la vez. A ver si la Décima se le ha subido a la cabeza a quien no tiene que subírsela.

La Causa continúa.

sábado, 23 de agosto de 2014

La hoguera de las vanidades

La Copa de Europa lo da todo. Y a los aficionados, la soberbia incontenida. Ayer un equipo inferior nos ganó la Supercopa de Europa, y lo hizo nada menos que a doble partido. Muchos no podían creerlo. ¿Cómo es posible que sigamos embelesados por los artificios de la mercadotecnia? El fútbol ya nos ha enseñado que depende de una pelota, y no presentaciones galácticas.

Al Atlético le tenemos que estar agradecidos. Nos ha bajado de las nubes de un bofetón. Se acabaron las tonterías, se acabaron los triunfalismos. Tendrán un mal ganar, serán un equipo defensivo y hortera, pero han ganado. Y aquí es lo único que importa. Ganar.

Se acabó la prepotencia de lucir jugadores galácticos. Aquí cada partido hay que currárselo. Cada comentario orgulloso de los madridistas era veneno en los oídos de los jugadores, del entrenador y cuerpo técnico, y del Club. Qué pocos hemos ido advirtiendo que todavía no hemos ganado nada. Sí, nada. O si me permiten, sólo hemos ganado la Supercopa de Europa, que es como si nada.

No he oído a una sola persona en el Club dar la voz de alarma, pidiendo controlar la euforia, recordando las bases de todo triunfo auténtico: el esfuerzo. Nadie ha salido para recordarnos a todos que con el plantel no se gana nada, se gana con el juego.

La Décima nos ha dado todo, pero este año nos lo puede quitar todo. Depende de nosotros.


La Causa continúa.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Lo que necesitamos para seguir triunfando

El equipo está hecho, el entrenador es el adecuado y lo ha demostrado. Lo que necesitamos para mantener la trayectoria es: 
  • Para el club, serenidad. Un mal resultado no es el fin del mundo. No podemos esperar ganarlo todo. Las cosas bien hechas dan resultado con el tiempo, no inmediatamente.
  • Para el presidente y cuerpo técnico, mantener la espina dorsal. Jugadores que, sin ser estrellas, dan lustre a las estrellas. Mantienen el equipo. Si los perdemos, lo perdemos todo.
  • Para el presidente, contratar lo que se precisa, no lo que quede bien. Particularmente dirigido a nuestro presidente, que debe resistir sus tentaciones megalománicas y escuchar al cuerpo técnico.
  • Para el cuerpo técnico, ser valiente en las decisiones. Si hay jugadores que no dan la talla, deben ir al banquillo, incluso vacas sagradas. Le ocurre a Casillas, le ocurrirá a Cristiano. Tener el valor de tomar esas decisiones sin ser descortés a lo que esos jugadores representan para el madridismo. Ser conscientes de que, ahora en el triunfo es cuando más se necesita el coraje para mantener el estímulo en el grupo.
  • Para la Junta Directiva, relaciones fluidas con la prensa. Sin estar a su servicio, pero controlando el mensaje. No puede ser que durante 6 años se haya vendido con tanto éxito un modelo de juego ajeno como el modelo perfecto y la gente lo haya creído.
  • Para la Junta Directiva, control de los organismos deportivos. No podemos alienar a los organismos internacionales sin un plan de control. O estamos con ellos, o los reemplazamos. En el peor de los casos, evitar que sean otros los que los controlen.
  • Para el madridismo, unión. No podemos vivir los episodios guerra-civilistas de hace dos años. Por encima de todo, somos madridistas. La situación de la portería hace mucho daño al equipo. Hay que corregirlo cuanto antes.
  • Para todos, humildad. Incluso los mejores equipos se deshacen, los partidos no se ganan antes de jugarlos. Nuestra grandeza está en el siguiente partido, no en el pasado.
La Causa continúa.