Hace un par de días,
Blatter decidía prescindir de su condición de máximo mandatario de la FIFA y
soltar una gamitada. El elogio a Messi se convertía en insulto a Cristiano y se
encendía la llama que lleva hasta un bidón de pólvora llamado Cristiano. Y en
efecto, Cristiano, cargado de razón, explotaba con ironía. Y luego nuestro
Presidente escribía a Blatter, Blatter escribía a nuestro Presidente, Blatter
tuiteaba a Cristiano, y las redes encendidas.
Y muy poca gente decía
la verdad que se esconde detrás de todo esto: podemos criticar a la FIFA,
podemos decir que la UEFA está inundada de barcelonistas. Y tendremos razón.
Pero la auténtica verdad es que todo esto se saca de quicio porque desde
hace un tiempo en el Real Madrid no ganamos títulos.
Todo comienza con un
momentum que no pudimos sostener hace un año. Habíamos ganado la Liga, habíamos
ganado la Supercopa. Iba a ser nuestro año. Y sin embargo, la Liga 2012/2013 la
perdimos rápidamente, y el año culminó con la conflagración de Mourinho,
acosado por la prensa y enfrentado al equipo. La derrota en Copa de Europa y la
puntilla de la Copa del Rey nos descabalgó de lo que tendría que haber sido una
nueva época de dominio, rematando finalmente a nuestros grandes rivales con dos
victorias consecutivas en Liga que no se produjeron. En su lugar, asistimos a
una huida del barco que nos mantiene tristemente de nuevo en un segundo lugar.
Cuando no ganas todo te
pone nervioso. Con triunfos bajo el brazo y el rival humillado lo de
Blatter es pura anécdota. Pero en este escenario saltamos como linces.
Estratégicamente por eso
esta Liga es crítica, fundamental, determinante. Nunca una Liga había tenido
tanta importancia: implica cortar la soberanía de los rivales, informar al
mundo de que hay un nuevo orden mundial. Todo lo que sea perder esta Liga
nos hará extraordinariamente más débiles. Nuestra Liga es nuestra salvación. Esa
es la pura verdad, y no las tonterías de Blatter.
La Causa continúa.
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