sábado, 31 de diciembre de 2011

¿Qué significa ser madridista?

En una comida de negocios se preguntaban por qué tanto lío con el fútbol. Me señalaban a mí con el dedo: "¿Por qué es tan importante el Real Madrid para mí?" Repuse sin pestañear: “Porque es una forma de vivir la vida”.

Los escépticos del fútbol rápidamente tomaron la frase como la excusa que necesitaban para rematar al contrario: "¿fútbol? ¿Forma de vivir la vida? ¡Es sólo un deporte!"

“Sí”, contesté, “el Real Madrid es sólo un club, un equipo, pero también es un transmisor de valores, y por eso nos enseña a vivir la vida de una determinada forma”.

“¿Y cuáles son esos valores?”, preguntaron con mofa.

Aquí está la respuesta:
“Si se hiciese una estadística, por poner al caso, de emprendedores y club de fútbol favorito, no os quepa duda, el mayor porcentaje sería de madridistas. ¿Por qué? Porque los seguidores del Real Madrid han sido destetados del biberón de la victoria. Ganar está en nuestros genes. Y aquel que no contempla en sus decisiones vitales la derrota tiene más posibilidades de alcanzar la victoria. Pensar en ganar, como único planteamiento vital, nos aporta un mayor optimismo natural, una mayor auto-confianza. Son los anticuerpos del éxito.

Ese es el primero de los valores vertebrales del Real Madrid: Ganar. Se puede pensar que todos los equipos quieren ganar. Teóricamente, sí. En la práctica, ganar es un rito, una costumbre, un estado mental, una predisposición, una cultura.

El segundo valor es la entrega. Ser del Real Madrid significa dejarse hasta el último aliento en lo que uno hace. Precisamente porque no se plantea la derrota en la mente, la entrega es la consecuencia natural. En la victoria holgada y en la derrota más palmaria, la entrega debe ser total. Para poder entregarse es preciso estar forjado en la entrega, y eso se forja con disciplina y trabajo diario.

El tercer valor es la caballerosidad. Jugamos fuerte, jugamos duro, pero lo hacemos con honor y sin hacer daño premeditadamente. Al terminar el partido nos damos la mano. Aceptamos la derrota cuando viene. Felicitamos al contrario cuando ha terminado, pero no le damos ni una oportunidad antes del pitido final. Jugamos fuerte, pero no sucio. No nos escaqueamos de la responsabilidad, afrontamos todos los retos. Y desde luego, no consentimos como caballeros que nos insulten. Caballerosidad es respeto al rival, pero también hacerse respetar.

La caballerosidad debe ir unida a estos elementos porque un gran poder implica una gran responsabilidad. La caballerosidad es la medicina de la soberbia, del abuso. Es lo que nos permite ser responsables en las victorias y en las derrotas, y no melifluos y vanidosos.

Por supuesto a lo largo de la historia del Real Madrid no hemos visto siempre esto. Estos son valores, que hay que inculcar a la afición, a los jugadores, a los trabajadores, a los directivos, a la cantera. Y a veces erramos, pero los valores siguen ahí. Por cada vez que no los cumplimos, son diez las que sí.

Armados de entrega, disciplina, trabajo, caballerosidad y un espíritu ganador, uno va a cualquier parte.

Un madridista va a cualquier parte.

Esos son los valores del Real Madrid.

Feliz Año madridistas. No os lo deseo, os lo aseguro (nota - gen ganador).

domingo, 4 de diciembre de 2011

Estadios con nombre corporativo


El Telegraph publicaba el 10 de noviembre una noticia relacionada con el posible patrocinio del estadio del Newcastle por parte de empresas privadas.


Equipos de fuste como el Bayern de Munich lo han hecho con su estadio, ahora renombrado “Allianz Arena”, y con una capacidad de 69.000 espectadores. Se trató de un estadio hecho conjuntamente por los dos equipos de la capital, el TSV 1860 München y el FC Bayern, por un total de 341 millones (año 2003). El grupo Allianz, pagó para que el estadio llevara su nombre por los próximos 30 años (ver foto).


El director general Llambias dice que “hay que moverse con los tiempos”. Los políticos (y veo que también los directores generales de clubes), cuando presentan algo como inevitable lo que en realidad buscan es no negociar. A veces es cierto, otras veces no.

Lo que es seguro es que no por cambiar el nombre del estadio, el flujo de ingresos extra que se obtendrán no catapultarán necesariamente al equipo. De nuevo, un error de concepto: los altos ingresos no aseguran los resultados, sólo determinan estar en la pomada.

En este sentido, por ejemplo, el Athletic de Bilbao es un equipo que ha sabido aunar tradición y realidad muy bien. Al Real Madrid le costará más, ya que su necesidad de ganar casi siempre se impondrá a la tradición.

Quizás en este caso no sea una cuestión de tradiciones, porque cuando se necesita vender el nombre es que la gestión no ha sido acertada. Piensen en el estadio como “la joya de la corona”. Si vendes la joya de la corona (o su nombre) es que estás muy mal.

Y sin embargo, me juego el cuello a que Bernabéu lo habría hecho.

Cuando el presidente del Real, sea quien sea, lo proponga, lo apoyaré, pero no olvidaré que detrás está la venta de una joya de la Corona, y por lo tanto una deficiente gestión.


sábado, 3 de diciembre de 2011

Señorío mourinhío

En un libro recientemente publicado, escribe don Florentino Pérez que el auténtico señorío del Real Madrid nos lo ha mostrado el actual técnico.


Aquí tienen el enlace:


Es obvio que esto es falso. Lo que es obvio también es que el que ha cambiado su visión del señorío es el propio don Florentino Pérez. Fue él quien comenzó a hablar del Real Madrid como un club con señorío. Yo al menos no lo oí tan frecuentemente en las etapas de Sanz ni Mendoza.

Con el aluvión de críticas a ese señorío mal entendido, don Florentino Pérez ha cambiado el discurso. Y lo atribuye al que actualmente es el mayor activo del club. Hace bien don Florentino en cambiar de opinión y de discurso, puesto que su anterior visión le hacía muy vulnerable al sentir del madridismo.

Quizás algunos pesos pesados de Concha Espina piensen con razón que el presidente está secuestrado por un Neanderthal como Mourinho, pero lo cierto es que el viraje le ha venido bien al Real porque le ha concedido coherencia y unión. Otra cosa es que a nivel operativo, no estratégico, haya cosas que mejorar. Como muy bien decía Carlos Sainz: “quizás sea Mourinho el que tenga que adaptarse más al Madrid, en lugar de ser el Madrid el que se adapte a Mourinho”.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Encuesta metroscopia: el madridista es católico, el culé ateo

La noticia la encontrarán aquí:
“Uno de cada cuatro seguidores del FC Barcelona se define como no creyente, mientras que, entre la afición madridista, lo hace menos de uno de cada diez. El 30% de los seguidores del Real Madrid se declara católico practicante, solo el 14% en Can Barça. Son diferencias llamativas”

Parece mentira que Demoscopia, una prestigiosa firma de encuestas y por lo tanto sabia conocedora de la estadística, no distinga entre relación de causalidad y relación de casualidad. Es la lección 1 de estadística.

Supongamos que usted sale todos los días a trabajar a las 08:30. Al salir del portal, observa que muchos días se cruza con una amable viejecita que va al mercado. ¿Quiere decir eso que si usted sale el sábado a las 08:30 se encontrará a esa viejecita pasando por el portal? Obviamente no. Es una pura relación de casualidad. Resulta que los dos, usted y la viejecita, coinciden en sus horarios habitualmente. Pero no hay relación de causalidad.

Lo que nos presenta demoscopia es un claro ejemplo de relación de casualidad. Lógicamente los aficionados madridistas son, de media, mayores que los culés. Estos últimos han hecho acopio de muchos seguidores jóvenes en los últimos años a raíz de sus éxitos deportivos. Y precisamente por eso, siendo la base de madridistas de mayor edad es lógico que la religiosidad sea mayor. Por eso los madridistas son más practicantes y sencillamente más católicos que los culés.

La noticia no deja de ser una pieza de marketing para que se hable de Demoscopia y este humilde servidor, criticándola, le hace el juego.

Así que si usted no es practicante pero sí es madridista, no se preocupe. Y si es culé y practicante, tampoco, aunque mejor hágase del Real Madrid, salvo que sea catalán (e incluso en ese caso le recomiendo que se haga también madridista o al menos periquito - no hay nada peor en esta vida que estar en la media).